Cada hogar debe reflejar el estilo de sus propietarios y debe enfatizar el elemento que les apasiona. En otras palabras, un hogar debería ser la representación material de las mentes de sus propietarios, una extensión de su personalidad. Tome este apartamento en Madrid, por ejemplo. Se encuentra en un edificio de la década de 1950, uno de los primeros en contar con una estructura de hormigón armado. El apartamento pasó por una renovación completa en 2017 cuando Lucas y Hernández - Gil le dio una identidad completamente nueva.
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La transformación del apartamento fue más que una transformación visual. El interior también fue re-compartimentado para ser más adecuado para el estilo de vida de su propietario. Las áreas sociales están abiertas, hay un flujo muy natural entre ellas. Al mismo tiempo, las funciones como la cocina o el comedor tienen su propia identidad e incluso pueden separarse del resto del plano de planta. Esta división deslizante puede ocultar por completo toda la zona de la cocina, convirtiendo el resto del área social en una galería.