Este proyecto particular comienza con una renovación de los años 60 que fue parcialmente destruida por el terrible terremoto que dañó seriamente el casco antiguo de L'Aquila (el corazón de Italia) en 2009. El arquitecto italiano Alberto Apostoli completó la renovación del Palacio de Trabajo, un edificio en el que los colores y los detalles de la fachada redefinen el volumen a través de un lenguaje geométrico pero refinado. La construcción está aislada en los cuatro lados; no tiene una fachada real, pero es más bien una pequeña torre en la que todas las fachadas individuales son de igual importancia.
Tales fachadas se han diseñado y desplegado a través de pequeñas protuberancias geométricas que se combinan de forma diferente, pero los colores son complementarios y las aberturas se forman mediante la proyección de intrados. El flujo geométrico y refinado de los volúmenes crea, durante las diversas horas del día, ligeras variaciones que le dan una dinámica inesperada al edificio. El arquitecto describe el objetivo principal del diseño: "Intenté crear un movimiento volumétrico a través del color, pequeñas salientes y contrastes de volúmenes; lo que me interesaba era desmaterializar las fachadas dándoles personalidad y carácter. Hemos desarrollado un sistema y la paleta de colores para crear estas proyecciones. "[Fotos e información proporcionada por correo electrónico por Alberto Apostoli, Fotografía Tommaso Cassinis]
