Un antiguo hábito de personas de todo el mundo dice que es amable darle un regalo a su invitado. Este obsequio difiere según el tiempo y la región geográfica, es decir, las influencias culturales y sociales de la época. A los invitados se les ofreció comida, una copa de vino, una taza de café, té y también dulces o chocolates. Pero si los invitados tienen hijos, es más apropiado ofrecerles fruta. Y puede hacerlo colocando un tazón con fruta sobre la mesa como una invitación abierta a que se ayuden a sí mismos cada vez que quieran más.
Puede usar, por ejemplo, estos cuencos coloridos con forma de paraguas para animar una habitación y darle un poco de color. Están hechos de cerámica y están coloreados en diferentes tonos, parecen pequeños paraguas al revés y me gustan mucho estas divertidas decoraciones. Se llaman yumbrellas y en realidad son un proyecto perteneciente al diseñador británico Benjamin Hubert.