Larga y esponjosa como un día de invierno, esta silla altamente creativa diseñada por Alexandra Kehayoglu y Maxi Ciovich es una pieza de mobiliario especial con la extraña capacidad de desencadenar recuerdos. Sus brazos de madera están cubiertos de lana tejida que parece derramarse sobre la superficie de la silla, formando una alfombra suave. A pesar de la semejanza con un sillón de playa, las tiras de madera conforman un soporte resistente, perfecto para esas largas noches junto a la chimenea.
La practicidad no era el foco principal de los diseñadores: "Descubrimos que el diseño puede actuar como una herramienta para el arte. En este caso: un marco en el que se encuentra una pieza textil. Esta es una silla que se puede usar. Ofrece una experiencia. Casi como una actuación, el espectador puede ubicarse dentro o fuera. Uno tiene la posibilidad de sumergirse en el paisaje de la silla, o el de permanecer fuera. "¿Qué piensas de este inusual sillón?