Ubicada en un pequeño pueblo llamado Osterreinen, en Reiden am Forggensee, Alemania, House K es una casa compacta con fuertes notas rústicas, un oasis de paz y el lugar perfecto para olvidarse por un segundo de todo el desarrollo tecnológico que nos rodea. En cambio, el lugar es muy agradable para pasar el tiempo disfrutando de las cosas simples de la vida, como largas caminatas, buenos libros, los pájaros cantando su pequeña canción alegre y, en general, un estilo de vida suave y despejado. House K fue diseñado por becker architekten. Esta residencia rural respeta la línea arquitectónica general del pueblo, enfatizando una estructura similar a los años 70, una analogía con las casas rurales locales.
La fachada envuelta en laminillas de madera y las ventanas también cuentan con persianas de madera, para alcanzar una apariencia homogénea. El interior es completamente blanco y la casa está orientada hacia un bajo consumo de energía. Como consecuencia, la casa está equipada con un sistema de ventilación especial y un quemador de paletas de madera con calefacción por suelo radiante. Nada demasiado moderno, nada nervioso. Una casa completamente inalterada, que a pesar de los métodos de sostenibilidad tradicionales es muy cómoda y acogedora.
