Ahora bien, este es mi tipo de rascacielos: orientado a la cultura, con una historia impresionante atrás y un llamado subliminal a los actos de bondad. Actualmente conocido como el Mural más alto de Asia, este increíble proyecto fue emprendido por un artista alemán. Hendrik Beikirch, conocido por sus pinturas monocromáticas significativas. Según el comunicado de prensa oficial, el mural presenta a un pescador local de unos 60 años, mirando a un espacio intangible con la cara marcada con arrugas, todavía con largos guantes de plástico, una señal de que todavía hay hombres y mujeres como él a esta edad trabajando para ganarse la vida. Esta profesión agonizante implica de seis a siete días de trabajo en una semana, en circunstancias difíciles, mientras que solo recibe una cantidad mínima de apoyo financiero, lo suficiente para comprar ciertas necesidades.
Sin embargo, a pesar de la historia detrás del retrato, la pintura transmite un mensaje positivo visto en la emoción mostrada por el pescador. A diferencia de otros artistas, pintó este mural sin usar un proyector o un boceto en la pared. Esto, en su verdadera forma, es una actuación magistral y una tarea que requiere una gran rutina y una precisión sobresaliente ". Debajo del impresionante mural de la pared del rascacielos, Beikirch agregó una declaración en coreano que se traduce en "Donde no hay lucha, no hay fuerza”.
