Con vistas al mar Mediterráneo, entre El Portixol y Cala Blanca, la Casa Sardinera de Ramon Esteve Estudio se encuentra en la cima de una ladera, flanqueada por un promontorio que entra al mar en una bahía de aguas color turquesa. Se emplearon un conjunto de muros de concreto enfrentando diferentes direcciones, comprimiendo y expandiendo las vistas y generando varias imágenes. Las superficies verticales están limitadas horizontalmente por largos voladizos que se extienden hacia el mar, creando por lo tanto terrazas que encierran la gran terraza.
Según los arquitectos, la fachada de entrada, hermética y opaca, está protegida por un sistema automático de persianas ajustables de madera Accoya blanqueada. Esto cubre la fachada de la exposición al sol y, al mismo tiempo, limita la visibilidad desde la calle. Por el contrario, la fachada este es mucho más permeable y transparente. Las superficies verticales de hormigón están cerradas por grandes paneles de vidrio, protegidos por voladizos y cortinas sinuosas que aportan un carácter etéreo mediterráneo.
En la planta sótano, además de las áreas de servicio y estacionamiento, hay algunas habitaciones para huéspedes, un gimnasio y una piscina cubierta, con sauna y vestidor. El diseño de interiores ha sido completamente implementado por Ramón Esteve Estudio. El pavimento está hecho de hormigón pulido blanquecino, continuo tanto por dentro como por fuera. Toda la madera es madera Accoya blanqueada. Los grandes bancos colgantes en los baños están hechos de piedra natural. Hay un área de descanso en ambas piscinas, definida por su pavimento adoquinado plano. [Información proporcionada por correo electrónico por Ramón Esteve Studio; Fotografía: Mariela Apollonio]
