Por lo general, cuando celebro el día de mi nombre, en realidad no invito a personas, ya que todos saben mi nombre. En este día en particular, me quedo en casa y mis invitados. Como no sé quién vendrá y todo es una sorpresa, debo estar preparado para todo. La habitación, la comida, los cubiertos deben ser suficientes para todos, para que todos se sientan cómodos y agradables. Recuerdo que hubo momentos en los que tuve que improvisar un asiento, tomar una silla de otra habitación o traer otra mesa pequeña para que todos los asientos se reunieran en la misma habitación. Entonces, en caso de que tengas esas fiestas sorpresa, no te olvides de prepararte para todo y para todos.
