Ser artista puede ser fácil a veces, pero la naturaleza poco convencional de esta ocupación significa que hay una falta de organización y una falta de conceptos bien definidos. Los artistas no trabajan en oficinas, no tienen cubículos y no siguen las mismas reglas que los contadores, desarrolladores u otros profesionales. Todo esto puede hacer que los artistas parezcan geniales y sin preocupaciones, pero encontrar un lugar adecuado para trabajar puede ser una verdadera lucha en este caso. Un artista parece haber encontrado una gran solución.
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Los arquitectos utilizaron una estrategia de diseño que también podría adaptarse a otros apartamentos de eficiencia. El diseño interior del estudio se compone de gabinetes de madera, grandes espejos y cortinas de red. Llamó a este proyecto la Ermita Urbana. Es un hogar y un espacio de trabajo en uno, con dos unidades grandes en cada extremo del espacio. Una de las unidades está cubierta con paneles plegables de espejo. Estos paneles esconden una cama Murphy, un armario y espacio de almacenamiento adicional, manteniendo todas estas cosas fuera de la vista y fuera de la mente la mayor parte del tiempo.
